
Hay películas que hay que verlas para creerlas. Por insustanciales, huecas, estereotípicas, inverosímiles. La que voy a comentar hoy, Alone, pertenece a esa categoría. Y por eso esto apenas van a ser unos comentarios, que no me suele gustar hacer excesiva sangre.
La propuesta es sencilla: un tipo siniestro persigue a una mujer porque sí. Si cogiésemos todos los lugares comunes que han existido en la historia del survival y los aplicásemos a una película, el resultado sería este. No hay nada relevante. Todo parece reciclado.
El malo es muy malo y parece un Terminator. La víctima pasa de cero a mil en cociente intelectual según el momento. El guion es imposible de creer ni de asumir. La dirección de John Hyams no ofrece nada estimulante. Solo escenas encadenadas en las que nada funciona.
A los personajes hay que creérselos. Sin esa máxima estamos perdidos con cualquier obra. Y en esta eso jamás ocurre. Aquí hay tan poco estilo y tanta barbaridad argumental que es imposible de defender por ningún flanco. A veces, lamentablemente, la intención no basta.