Bedevilled (Jang Cheol-soo, 2010)
Una magnífica propuesta de terror diurno. Escabrosa, densa, socialmente estimulante, capaz de inducir y proponer sin pretender ninguna sofisticación vacía. Y todo ello años antes de que ciertos gurús del terror se colgaran medallas con ideas absurdas sobre el horror elevado y demás zarandajas.