Shi mian mai fu (House of Flying Daggers) (Zhang Yimou, 2004)
Hay cineastas que han nacido para trascender, con el regalo de la lírica en su mirada y el talento necesario para convertir en cine todo lo que tocan. Aquí, lo que encontramos es una lección de poesía en movimiento, un despliegue del (enorme) genio de Zhang Yimou, un recordatorio constante de que el cine, cuando es así de lírico y radical, llega a lugares muy altos. Absolutamente inolvidable.