Cloverfield (Matt Reeves, 2008)

Críticas breves
Podríamos pensar que en el found footage ya se ha dicho todo lo que se podría decir. Es un estilo muy particular: permite un drama superior —todo «es» verdad—, pero exige una credibilidad también superior. Dentro de esto, Cloverfield es una obra con interesantes virtudes. Matt Reeves demuestra una capacidad para la tensión nada desdeñable. Crea monstruos de la oscuridad, hace del metraje encontrado una virtud inesperada: a través de la trepidación y la imprecisión fabrica una angustia creciente que nunca afloja. Y no es una tarea sencilla. Problema: el usual. Que la cámara graba demasiado, que está ahí cuando no debería estarlo. Nadie en su sano juicio se enfrentaría a una bestia mastodóntica con una handycam pegada a la mano. Pero si somos capaces de suspender la incredulidad en…
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