Vuelvo a The Fifth Element de un modo curioso. Mi primera vez con ella fue en VHS, recuerdo haberla alquilado en el videoclub de mi barrio y haberme quedado impresionado con ella. Y también haberme enamorado de Milla Jovovich, las cosas como son. Mi segunda vez fue en DVD, hace unos doce años, y de esa vez recuerdo que me gustó un poco menos. Cutre, eso pensé de aquella. Lo de Milla Jovovich, eso sí, seguía inmutable.
Y hoy fue mi tercera vez, y fue en blu-ray. No sé qué extraña fuerza me llevó a ella. Quizá que la vi en la estantería y me entró la nostalgia, pero la verdad es que he vuelto a descubrirla como aquella vez en aquel videoclub. Disfrutándola en todo su esplendor y desprejuicio, abiertamente hortera e insultantemente icónica. Y me dio por pensar que hemos ido cambiando juntos ella y yo, de la humildad del VHS, a la expansión del DVD, hasta las posibilidades del blu-ray. Lo que me impresionó primero, y me pareció cutre después, ahora me dejó en un extraño estado de maravilla y melancolía. Aunque con Milla —después de tantos años me permito tutearla— seguimos en las mismas.
Supongo que me quedaré a la espera de la cuarta vez, a ver qué pasa entonces.