Neil Jordan es un cineasta muy interesante. Con Byzantium, y años después de su notable Interview with the Vampire: The Vampire Chronicles, vuelve sobre las criaturas malditas en un filme oscuro, bello, casi de otra época. Trágico y de sombría poética, tiene más en su interior de lo aparente.
El trabajo de Saoirse Ronan y, sobre todo, el de Gemma Arterton es sólido y bello en su representación del ser nocturno y condenado. No suele aparecer en las listas de grandes obras vampíricas, pero no tengo duda alguna de que merece su lugar en ellas.