Yorgos Lanthimos está de vuelta con Poor Things. Un filme que merece como mínimo ser pensado con calma y sin demasiado fervor.
1. El principal problema que arrastra es formal. Lanthimos no innova sobre sí mismo: se enfrenta a su narración desde la comodidad de lo que sabe que le va bien. Desde, por ejemplo, su extrañeza, sus planos holandeses, sus paneos a gran angular y sus marcas de autor ya conocidas. Problema con esto: si la fórmula se repite, si no se distingue la identidad formal de Poor Things de, por ejemplo, The Favourite, es que no hay realmente una identidad en la obra, sino una pulsión de estilo, una preferencia estética sin apoyo narrativo.
2. Lo suelo decir a menudo, pero allá va: el discurso no es lo que nos debería preocupar por encima de todo. Hay en Poor Things un impulso por calzarse en los zapatos de su tiempo. Y lo hace muy bien, con mejores artes que otras propuestas recientes. Pero debemos atenderla y valorarla por lo que es en sí misma como obra y no por lo que, desde nuestro lado, podemos interpretar de ella. Lanthimos juega al despiste, genera conversación (y eso es deseable siempre), pero hemos de buscar su drama interior.
3. Un drama que tiene algo poderoso, por otro lado. Un estudio de personaje, o un coming of age, en el que hay conflicto y un desarrollo relevante. Problema: a veces se queda estancado y busca seducir únicamente a través de la fascinación que produce Emma Stone.
4. Emma Stone, que además produce, propone por su parte una interpretación muy interesante. Que no se queda en el simple muestrario de muecas (que también), sino que busca una continuidad, una apuesta a largo plazo. Lo mejor: cómo convierte su trabajo como Bella Baxter en un río que fluye y evoluciona. Es una gran actriz que se arriesga y baja al barro. Que toma caminos que la mayoría de estrellas ni se atreverían siquiera a pensar.
5. Como obra, no es tan radical como parece a primera vista: sus conceptos no son demasiado agresivos. El sexo no es un elemento transgresor ni a nivel estético ni ético, por más que muchas veces se venda así. Es un filme atrayente, pero no provocador.
6. Pese a todo, ejerce cierto nivel de fascinación difícil de pasar por alto. Aunque Lanthimos a veces parece un trilero, ofrece un poso global valorable.
7. Si nos estamos quejando siempre de la producción algorítmica marvelita y de cada producto acartonado que quiere vender Netflix, qué menos que ofrecer una mirada rigurosa y seria a una propuesta como la de Lanthimos. Sin fanatismos.
8. Poor Things no vuela alto. Pero seamos claros: tampoco es un espanto. Es un filme valorable, quizá incluso merecedor de más visionados. Irregular, con altibajos y sombras, sí, pero interesante y hasta cierto punto cautivador.